Dora Capodarca cumplió ochenta años el primero de septiembre. Según su documento ella tendría que festejar todos los ocho de septiembre y no el primero, como lo hace desde siempre. Es que dicen que mi bisabuelo, su papá, tardó siete días en ir a anotarla al registro civil. O que la señora que lo atendió se equivocó y la anotó mal.
Su sobrino le preparó una fiesta con mariachis para celebrar los ochenta. Es que Dora es muy querida, es lo que se dice un personaje. Chatea y ahora aprendió a mandar postales virtuales por mail y hasta saber usar emoticones en el msn. Teje divinamente. No es una cocinera sofisticada pero su pollo a la cacerola con papitas es incomparable. También se luce con el arroz con leche, pero los tucos no son su fuerte. Nunca hace flan, ni budín de pan. A la torta que es su especialidad ella le dice "torta abuela".
Mi abuela es un poco sorda. Hace diez años que amenaza con comprarse un audifono, pero nunca lo hizo. Mientras tanto, se compró cuatro celulares, un micrófono para pc, estuvo a punto de comprarse una notebook y como regalo de 80 recibió un pen drive de 4 giga para cargar fotos de las nietas y artículos de los diarios que le interesan.
Tiene una hermana y un hermano. La hermana se llama Ofelia y tiene unos años más que ella. Cuando eran adolescentes y vivían en Cerri, mi abuela trabajaba de secretaria para el frigorífico de la CAP y su hermana trabajaba armando chorizos. Mientras ella leía novelitas de Corín Tellado en el patio, la hermana baldeaba y mi abuela solamente levantaba las piernas y seguía leyendo. Mi tía metía los brazos en los tachos con relleno de chorizos, osea tachos con chancho, y mientras mi abuela hacía cuentas. No terminó el primario, sexto grado le alcanzó para escribir un libro sobre tejido y montar su propia academia de tejido a maquina en los setenta. Para entrar a trabajar al frigorífico le mintió al que después fue su jefe. Le dijo que tenía 17 cuando en realidad tenía 15.
Se casó a los 22 años. Pichín, mi abuelo, decía que se enamoró de ella porque cuando la conoció tenía puesto un pullovercito talle uno y ella era talle dos. Antes de conocerlo a él, un muchacho le había roto el corazón en un baile de Cerri, cuando estuvo bailando toda la noche con una chica que no era ella. Sufrió mucho, pero después lo conoció a mi abuelo y pensó que el otro no debía ser para ella. También fue reina de la primavera en el pueblo, y actriz.
Enseguida que se casó quedó embarazada y tuvo a mi mamá. Le puso Dora María, pero ella le dice Bocha. Toda la familia le dice Bocha, porque de bebé era muy cabezona.
A los 54 años, enviudó. Mi abuelo Pichín era joven, tenía 58 años, pero comía y fumaba mucho. Nunca más se casó, ni siquiera tuvo otro novio. Cuando habla de él se pone triste y contenta a la vez, lo extraña mucho y cuando cumplió ochenta lloró porque él no estaba ahí para ver como la quieren todos.
Mi abuela es lo más, quería que la conozcan.
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Sí que es lo más! Yo quiero que venga otra vez a cocinarnos algo rico y arreglar cosas de la casa.
ResponderEliminarMe encantó la acumulación de tecnología; de verdad que no conozco a otra abuela así. Mi abuela aprendió a usar el control remoto del televisor y a veces dice que sin marido puede vivir pero que sin televisor no viviría. :)
Muy lindo texto, Emilia.
Ahora falta la tía Chola!
ResponderEliminarMe encantó. Yo también estoy orgullosa de ella...Y de ser tu mamá.
ResponderEliminaryo estoy orgulloso tambien
ResponderEliminarme cae bien tu abuela
ResponderEliminary me cae bien "tachos con chancho"
saludos emi, seguí escribiendo